En 2007 un niño de 12 años apareció muerto en extrañas circunstancias en el centro de acogida de menores "Vaix Vinalopó", en Elche. Dicho centro gestionado en ese momento por la Fundación O´Belén. Desconocemos aún en qué ha quedado la investigación. A continuación publicamos la noticia, tal como fue publicada en su momento por un medio de comunicación local.
ELCHE / La muerte de un niño en el centro de menores de Elche apunta al accidente
La autopsia descarta la rotura del cuello y ratifica la asfixia por ahorcamiento El examen forense desmonta la teoría del homicidio al no haber signos de violencia
GENOVEVA MARTÍN/ELCH El Centro de Menores Baix Vinalopó, situado en Elche y dependiente de la Conselleria de Bienestar Social, acoge actualmente a 26 niños con edades comprendidas entre los siete y los catorce años. El lunes por la tarde, uno de sus residentes, de 12 años, era encontrado muerto por un compañero, en el patio. El pequeño, según fuentes judiciales, tenía una cinta de persiana alrededor del cuello y estaba arrodillado en el suelo. Se dio la voz de alarma de inmediato y uno de los educadores acudió corriendo a socorrer al niño.
El pequeño David ya no respiraba. A pesar de practicársele las maniobras de reanimación mientras acudían médicos del SAMU -el centro de menores se encuentra a escasos metros del Hospital General de Elche- no se pudo salvar a David.
Pocos minutos
En el momento del levantamiento del cadáver, el primer examen forense apuntó a la posibilidad de que el niño tuviera el cuello roto, lo que hizo temer la intervención de otra persona en su muerte. Se especuló con que podría haber resultado herido en una pelea.
Lo cierto es que la cinta de la persiana había sido anudada con un nudo corredizo, similar a los que se realizan cuando se pretende ahorcar a una persona. El dormitorio de la víctima está situado en la planta baja del centro de menores. La ventana da al patio y está protegida por barrotes, pero hay espacio suficiente entre ellos para pasar la mano y agarrar la cinta rota de la persiana, que colgaba del techo en el interior del dormitorio.
Supuestamente, el pequeño agarró la cinta desde el exterior, hizo el lazo corredizo y se lo puso alrededor del cuello. Luego, por razones que quedan aún por aclarar, se produjo el ahorcamiento. La autopsia ha descartado la rotura del cuello y ha ratificado la muerte por asfixia.
El informe preliminar descarta tajantemente que la víctima fuera agredida anteriormente al ahorcamiento. Fuentes cercanas a la investigación aseguraron que se ha abandonado la línea de investigación del homicidio.
Las pesquisas siguen abierta. Tras el suceso, funcionarios de la Brigada Judicial de la Comisaría de Elche tomaron declaración a los responsables del centro de menores y al resto de sus trabajadores.
El educador a cargo del menor explicó que la víctima estuvo sola entre cinco y diez minutos, lapso de tiempo en el que ocurrió la tragedia. El trabajador precisó que, tal como hacía todas las tardes, recogió a David y a otros cinco menores a las cinco, en los colegios públicos donde están escolarizados. En el caso del fallecido fue a buscarlo al centro El Pla, sito en la zona sur de la ciudad.
Los chavales y el monitor llegaron media hora más tarde al centro de menores. El educador entró a calentar una de las meriendas en un microondas, momento que fue aprovechado por David para salir al patio.
Perfil psicológico
El niño llevaba dos años ingresado en el centro de menores, con su hermano mayor, por encontrarse ambos en situación de desamparo. Los hermanos nacieron en Crevillent, pero vivieron un tiempo en la localidad de Catral, en casa de su abuela.
El fallecido fue escolarizado desde el principio en el colegio El Pla. Este año cursaba sexto de primaria, con total normalidad. Según fuentes de la APA del centro educativo, el niño era «buen alumno y nada conflictivo».
Las mismas fuentes le describieron como un niño alegre y que era capaz de relacionarse de forma empática con sus compañeros de estudio.
Fuentes cercanas a la investigación precisaron que el educador que le recogió en el colegio no notó ninguna actitud de preocupación en David, ni tristeza o desesperación. La instrucción del caso descarta de momento el suicidio y sigue adelante con la esperanza de poder determinar con toda exactitud qué hizo la víctima y cuál era su intención al coger la cinta de la persiana.
Se baraja la posibilidad de que estuviera simulando un ahorcamiento, a guisa de juego, y por razones aún desconocidas se produjera la asfixia sin que David pudiera conseguir quitarse la cinta del cuello a tiempo.
El pequeño David ya no respiraba. A pesar de practicársele las maniobras de reanimación mientras acudían médicos del SAMU -el centro de menores se encuentra a escasos metros del Hospital General de Elche- no se pudo salvar a David.
Pocos minutos
En el momento del levantamiento del cadáver, el primer examen forense apuntó a la posibilidad de que el niño tuviera el cuello roto, lo que hizo temer la intervención de otra persona en su muerte. Se especuló con que podría haber resultado herido en una pelea.
Lo cierto es que la cinta de la persiana había sido anudada con un nudo corredizo, similar a los que se realizan cuando se pretende ahorcar a una persona. El dormitorio de la víctima está situado en la planta baja del centro de menores. La ventana da al patio y está protegida por barrotes, pero hay espacio suficiente entre ellos para pasar la mano y agarrar la cinta rota de la persiana, que colgaba del techo en el interior del dormitorio.
Supuestamente, el pequeño agarró la cinta desde el exterior, hizo el lazo corredizo y se lo puso alrededor del cuello. Luego, por razones que quedan aún por aclarar, se produjo el ahorcamiento. La autopsia ha descartado la rotura del cuello y ha ratificado la muerte por asfixia.
El informe preliminar descarta tajantemente que la víctima fuera agredida anteriormente al ahorcamiento. Fuentes cercanas a la investigación aseguraron que se ha abandonado la línea de investigación del homicidio.
Las pesquisas siguen abierta. Tras el suceso, funcionarios de la Brigada Judicial de la Comisaría de Elche tomaron declaración a los responsables del centro de menores y al resto de sus trabajadores.
El educador a cargo del menor explicó que la víctima estuvo sola entre cinco y diez minutos, lapso de tiempo en el que ocurrió la tragedia. El trabajador precisó que, tal como hacía todas las tardes, recogió a David y a otros cinco menores a las cinco, en los colegios públicos donde están escolarizados. En el caso del fallecido fue a buscarlo al centro El Pla, sito en la zona sur de la ciudad.
Los chavales y el monitor llegaron media hora más tarde al centro de menores. El educador entró a calentar una de las meriendas en un microondas, momento que fue aprovechado por David para salir al patio.
Perfil psicológico
El niño llevaba dos años ingresado en el centro de menores, con su hermano mayor, por encontrarse ambos en situación de desamparo. Los hermanos nacieron en Crevillent, pero vivieron un tiempo en la localidad de Catral, en casa de su abuela.
El fallecido fue escolarizado desde el principio en el colegio El Pla. Este año cursaba sexto de primaria, con total normalidad. Según fuentes de la APA del centro educativo, el niño era «buen alumno y nada conflictivo».
Las mismas fuentes le describieron como un niño alegre y que era capaz de relacionarse de forma empática con sus compañeros de estudio.
Fuentes cercanas a la investigación precisaron que el educador que le recogió en el colegio no notó ninguna actitud de preocupación en David, ni tristeza o desesperación. La instrucción del caso descarta de momento el suicidio y sigue adelante con la esperanza de poder determinar con toda exactitud qué hizo la víctima y cuál era su intención al coger la cinta de la persiana.
Se baraja la posibilidad de que estuviera simulando un ahorcamiento, a guisa de juego, y por razones aún desconocidas se produjera la asfixia sin que David pudiera conseguir quitarse la cinta del cuello a tiempo.
Fuente de la noticia, diario La Verdad
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